"- Hola, si, quería pedir un turno."
Este Diciembre no es el mes de las fiestas, es lo mas parecido al "Diciembre reloaded del 2003". Médicos, turnos, clínicas... esperemos que sin ningún muerto.
El enviado me obligo a ir al psicólogo. Si, me obligo, no me dio escapatoria alguna mas que ir... o él irse. ¿Soy tan insoportable como "compañera de piso"? Aparentemente si, soy llorona, quejosa, depresiva, ciclotímica... sisi, todas esas cosas que él ya sabía que yo era -pero al 100%-. (También me está acosando para que escriba mas).
Se me vence el acta medico de la libreta y eso equivale a: laboratorio -sangre, si, sangre. ¿Alguien me explica porque dicen "Laboratorio" y no "extracción de sangre"...? ¡si te van a sacar sangre, con una aguja! y ni hablar del pis... para los hombres es fácil: lo sacan y lo meten en el tachito y ¡ya esta! ¿y nosotras? ni hablar... no lo voy a explicar, me da asco pensar en la cara de asco con la que salen las minas después de haber (intentar, la palabra es INTENTAR) orinado en el tachito-, radiografía, el cuartito donde alguien te pregunta si ves bien y si tenes alguna caríe, ... ¿puedo decir "etc"?
Turno con el ginecólogo -¡a que no todos sabían que soy alérgica al latex!-... peor, con una ginecóloga que no es MI ginecólogo y tener que explicarle todo otra vez. Exámenes, mas exámenes, óvulos, cremas, ... ¡dale, no te hagas! Yo se que vos me entiendes... ¿entonces porque la ginecóloga no me entiende?
Turno con la nutricionista. ¿Sabían que ya no soy una adolescente y que por eso ahora la grasa se me acumula? Ajam... ¡SORPRESA! "Bueno, ahora que tenes 26 años -si 26, no lo voy a repetir- tenes que empezar a cuidarte para cuando te llegue la menopausia y comer de 2 a 3 pociones de lácteos al día, por lo huesos, viste?"
Mañana tengo turno con el psicólogo que me va a derivar con un -otro- psicólogo. Claro, primero se fijan que tan jodida estas para que después el otro no se lleve la sorpresa y pueda poner cara de poquer. El 20, turno con el traumatólogo... para que me rete porque deje yoga y me diga que tengo la espalda torcida, que tengo que usar plantillas y olvidarme de mis zapatitos de princesa.
Ah, si, sigo creyendo que soy vidente... ¿eso se lo digo al psicólogo?
