Hoy soy más egoísta que nunca. Hoy no solo me voy a regocijar en mi
propio sufrimiento. No, eso ya no me basta.
Hoy lo comparto y te hago
cómplice, lector.

jueves, 20 de febrero de 2014

Olvido, viejo verde


¡Pobre flor! ¡ Qué mal naciste! 
¡Qué fatal que fue tu suerte! 
Al primer paso que diste 
tropezaste con la muerte. 
El dejarte, es cosa triste 
el cogerte, cosa fuerte, 
pues dejarte con la vida 
es quedarte con la muerte.



Miguel Hernández.




Volví de la plaza inspirada. No, no fue el día soleado, las nubes ni los arboles, no fueron las parejitas que derrochan ternura. Fue un viejo asturiano (un viejo verde) que me dijo que no debería analizar tanto las cosas, que la vida es ahora. Me dijo que el pasado ya estaba, era pasado y que el futuro no sabíamos que era, entonces que viva el presente. Que deje de analizar las cosas -por extraño que suene es la segunda vez que me hacen esa recomendación-que no piense tanto, ¡que viva! Casi lloro. 



Olvido se me acerco con su bastón, sus ochenta y tantos y su paso lento mientras jugaba con el celu tratando de ignorar al perro que me taladraba la cabeza ladrando para que le tirara la pelota. Me dijo que le gustaba mi perro, que tenia cara fea pero buen cuerpo y después ya no recuerdo cuando fue la primera vez que me dejo lo linda que yo era, modestia a parte, tras dedicarme la poesía que escribí al principio. "¡Pobre flor! ¡ Qué mal naciste!  ¡Qué fatal que fue tu suerte! Al primer paso que diste tropezaste con la muerte", no se que lo inspiro a contarme que Miguel Hernández, un amigo de Cervantes (no puedo dar fe de esto), estaba en un velorio cuando vio la calavera asomar de la tierra y en la cuenca donde debería estar el ojo, una flor. Así se entiende la poesía, pero yo sentí que me hablaba de otra cosa.


Olvido me contó que era de Asturia, cosa que ya había notado por su fuerte acento. Me dijo que estaba casado en segundas nupcias con una mujer argentina desde hacia 14 años, que lo quería mucho, que era cariñosa con el y que lo cuidaba. Me contó que se la habían presentado cuando estaban los dos de vacaciones en el Viejo Continente, que empezaron a salir y le pidió casamiento porque prefería dejarle su pensión a una mujer y no al estado. Me dijo que era un hombre muy enamorado... pero de las mujeres en general, no de la suya en particular, porque ella lo quería mas a él que él a ella. Replique que generalmente en las parejas uno ama mas que el otro y me dio la razón. Entonces me pregunto si estaba enamorada.


Volviendo al perro, me dijo que las mujeres francesas solían tener perros de amantes (tampoco puedo dar fe de esto), que dormían con sus perros a falta de hombre. Uso la palabra "dormir" como si significara "coger", yo no me había dado cuenta. "Que igual es mejor eso que las lesbianas y los chicos que se besan con otros chicos". "Yo también duermo con mi perro cuando mi marido no esta", si, a veces uso la palabra "marido" cuando un hombre me hace sentir incomoda, aunque en este caso, este viejito verde me divertía. Me pregunto si tenia chicos, le dije que no. "Mejor"- me dijo, "No tengas hijos, así estas bien, sos hermosa, los hijos son para problemas que no valen la pena, y si después te queres separar no podes. Si queres ten uno o dos, pero mejor no tengas". Le agradecí el consejo, pero no me anime a preguntarle si el tenia hijos.



No se porque, me hablo de como los asturianos habían sacado de sus tierras a los moros (otra vez no puedo dar fe de esto, no se nada de historia) cuando el Rey había muerto y mientras su hijo heredero lloraba, la mujer matriarca del difunto Rey le dijo "No llores como niño lo que no supiste defender como hombre". 


Me contó muchas cosas mas que ya no recuerdo, que se me terminaron mezclando entre tantas ideas. Lo que si recuerdo es que antes de despedirse me pidió un beso, en realidad dos, porque en su tierra dan uno en cada mejilla. Cuando le daba el segundo beso aprovecho la proximidad para tomarme una lola, le dije que era un viejo verde y sonrió como diciendo "Si no aprovecho ahora que tengo un pie dentro de la tumba, querida". Me dijo una cosa mas: Si nos volvemos a encontrar y yo estoy con mi mujer, hagamos como que somos dos extraños, porque ella es muy celosa. Así sera!